El compostaje permite aprovechar ciertos residuos que producimos diariamente cerrando el ciclo de descomposición. La técnica consiste en colocar dichos residuos en un recipiente que permita conservar humedad y permita el ingreso de aire del cual los microorganismos utilizarán el oxígeno para llevar a cabo la descomposición de forma aeróbica.
Qué se puede utilizar para preparar compost:
Productos a base de hidratos de carbono, que no contengan proteínas ni aminoácidos.
- Hojas.
- Restos de corteza (madera).
- Papel (preferentemente sin tinta).
- Cáscaras de frutas.
- Pulpa de frutas.
- Cáscaras de huevo.
- Harinas o derivados.
- Cartón.
Productos que contengan proteínas, sustancias que puedan resultar tóxicas ni aceites.
- Carnes.
- Yema o clara de huevo.
- Comidas elaboradas.
- Leche o derivados.
- Aceites.
- Plásticos.
- Pañuelos descartables, papel higiénico.
- Sustancias inorgánicas que puedan perjudicar a los microorganismos (metales, pinturas, etc.).
En primer lugar, antes de colocar los residuos es necesario cortar para reducir su tamaño y aumentar su velocidad de descomposición.
Es muy importante para obtener un buen compost un adecuado equilibrio entre los residuos secos o de baja humedad (cáscara de huevo, papel, cartón, hojas secas, ramas secas, etc.) y los residuos húmedos (también llamados residuos verdes, como hojas verdes, frutas, cesped, etc.)
Una proporción bastante buena corresponde a una parte de residuos humedos por dos partes de residuos secos. Es necesario mezcar bien ambos residuos en la compostera.
Como verán hay distintas maneras de preparar compost dependiendo del entorno de cada uno.
En un próximo post, les mostraré distintos modelos de composteras para poder armar en casa fácilmente.
Saludos.
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